Harrison's House.

**Harrison C. Baratheon** Jue Jun 02, 2011 1:05 pm

Winterfell.
C/Fake Street 123, 4º A.

Harrison's House. Casabp

Tras mucho pensarlo, Harrison decidió instalarse en el centro. Vive en el último piso del edificio en una casa a medio camino entre lo antiguo y lo moderno. No necesita mucho para vivir por lo que tiene un par de habitaciones en desuso, o mejor dicho, de almacén de libros y demás objetos que no sabe dónde meter, y que actualmente no necesita para otra cosa, ya que vive solo y recibe pocas, sino ninguna, visita. Pese a ser un joven metódico y racional, en lo que respecta al orden deja mucho que desear, sabiendo él más o menos donde están todas sus cosas en el más absoluto caos aparente.

Al parecer, incluso las reformas llevadas a cabo en la casa son un tanto dispares en función de los gustos del chico, quedando un conjunto un tanto extraño en el que, al menos él, se siente cómodo. Por otra parte, el nombre que decidió darle en secreto a su casa se debe a uno de sus libros favoritos, aunque es poco probable que le de por explicarlo.

Visitas avisen previamente por teléfono si no quieren encontrarse en una zona casi declarada catastrófica por la ONU.

Habitaciones en uso:
Salón.
Cocina/comedor.
Dormitorio.
Cuarto de baño.

Habitaciones en desuso:
Segundo dormitorio.
Segundo cuarto de baño.
Habitación "vacía"

**Harrison C. Baratheon** Vie Jun 03, 2011 11:27 am

No tenía muy claro el por qué, pero finalmente había decidido que lo mejor era llevarme a Nymeria a mi casa. Creía saber dónde vivía, pero preferí no arriesgarme. Tras recoger su bolso con cierto cuidado para evitar que se golpeara la cabeza contra el suelo, avancé por la ciudad en dirección a Fake Street, soportando sus gritos y golpes, y las miradas y risas de los pocos transeúntes que quedaban. Comprendía que no debía ser muy usual ver a un joven cargar con una chica a un hombro y un bolso a otro, así que no me molesté en darme por ofendido. Con la mano libre busqué las llaves de casa en el bolsillo, y con ciertas dificultades llegué por fin a la escalera, olvidando la existencia del ascensor llevado por la costumbre del ejercicio.

Cuando finalmente llegamos al piso, abrí con la llave y tras entrar dejé en un cuenco las llaves y en otro el dinero suelto que me quedaba en el bolsillo. Avancé hasta el salón y dejé el bolso en el suelo, y por último, a Nymeria sentada en el sofá, pues el peso empezaba ya a adormecerme los músculos. Sin pararme a mirarla siquiera seguí con mi costumbre de cosas por hacer al llegar a casa, y saqué la cartera del bolsillo trasero de mi pantalón, el móvil del bolsillo derecho y el reproductor de música portátil del izquierdo, algo rallado por las llaves. Encendí la radio y por fin me senté junto a la chica, pero no para comentar nada con ella, sino para descalzarme. Y eso hice, por supuesto. Al fin y al cabo, estaba en mi casa y ella no era lo que se dice una invitada.

**Nymeria E. Hawkins** Vie Jun 03, 2011 11:47 am

Me considero una persona insistente. Dada la situación, puede aplicarse a que no dejé de darle la turra a Harrison mientras me secuestraba por la ciudad. No entiendo cómo pudo aguantarcon mi peso todo el camino. Oh, y con mi bolso, qué bien le quedaba *O* Claro que en mi estado, no podía aguantar mucho tiempo protestando, así que cuando el cansancio me pudo, me dediqué a darle golpecitos en la espalda con la mano cerrada en un puño y cara de aburrida. Nos dirigimos a Fake Street, calle que conocía muy bien. Durante un minutos, pensé que acabaría en casa. Efectivamente, le oí abrir un portal y subir unas escaleras y entrar en una casa. No, si tendría que agradecerle todo lo que estaba haciendo. Qué detalle *-* Pero que él no se entere
Me soltó en un sofá, por lo que caí con las piernas y brazos en el aire. Fue entonces, al darme cuenta del extraño tacto del sofá y de la habitación, cuando me di cuenta de que no estaba en mi casa. Esta era diferente, MUYdiferente a la mía. Abría la boca, entre sorprendida y ofendida. ¡Pero si yo vivía unas casas más abajo! ¿Qué le costaba llevarme a mi cómoda casa, en mi cómoda habitación y en mi cómoda cama?
Le observé con el ceño fruncido mientras recogía. Nada, no se daba por aludido. Se sentó a mi lado y por el cambio de peso di un pequeño salto en el sofá. Jo, que no coordino Me crucé de brazos y le observé descalzarse. Dado que no reaccionaba, agarré un cojín y se lo tiré.
-¿Por qué me has traído aquí? ¡Soy capaz de... ! -exclamé poniéndome en pie. Me enredé con la correa del bolso y a punto estuve de caer de bruces. Me recuperé enseguida. Me coloqué la melena por encima del hombro y puse los brazos en jarras-. ¿Puedo saber qué pretendes? Esta es tu casa, ¿verdad?
Sep, muy bonita, por cierto. Pero nada como la mía. Oh, ¿y mi pobre Haru? Debe echarme de menos...

**Harrison C. Baratheon** Vie Jun 03, 2011 12:07 pm

Seguía con mi rutina al llegar a casa como si Nymeria fuese una carpeta de trabajo a la que no hacía falta prestar atención. Pensé que se dormiría al momento o similar, pero no tuve tanta suerte. La chica no dejaba de poner caras, y parecía tener un curioso tic en un ojo, que achaqué a las cervezas. Demasiadas para un cuerpo tan pequeño como el suyo. Había terminado de quitarme una deportiva, calcetín incluido, cuando mi invitada forzosa decidió levantarse y marcharse. Se enredó con su propio bolso y, con un suspiro, me levanté y la sujeté por los hombros. Cuando por fin pareció estable de nuevo, volví a sentarme para deshacerme del zapato izquierdo y su correspondiente calcetín

- Te he traído aquí porque no te tienes en pie. - contesté con sinceridad. Podría decirle todas las opciones que había barajado antes, pero me parecieron redundantes. - Sí, es mi casa.

Ahora ya sin molestos zapatos por medio, me levanté y me dirigí a mi habitación, desde donde se escuchaba el reproductor de música. Como acostumbraba en mi casa, canté un poco en voz baja mientras, con la puerta cerrada, recogía un poco el dormitorio encerrando toda la ropa en el armario, a excepción de un pijama, y traté de colocar todos los libros que tenía por allí en una pila, mezclando los de Stephen King con los del Señor de los Anillos y los de chistes. Me cambié dejando la ropa como pude en el armario y poniéndome los pantalones del pijama y dejando la camiseta sobre la cama, y salí de nuevo en dirección al salón.

- ¿Tienes que pasar al baño? - pregunté. Evidentemente, tanto alcohol tenía que filtrarse, pero Nymeria era tan rara que quizás lo hacía por esporas.

**Nymeria E. Hawkins** Vie Jun 03, 2011 12:40 pm

Era evidente de Harrison y yo no pensábamos igual. Cuando yo tenía invitados, no me descalzaba delante de ellos como si tal cosa. Es decir, yo... Espera, espera
-Sí que me tengo en pie ¿No lo ves? Sólo fueron... un par de cervezas. Lo que pasa es que me sentó mal la cena
e__e Observé sus movimientos con los ojos entrecerrados. Fue y vino varias veces, primero descalzo, después en pijama. ¿Se estaba preparando para dormir? Alcé un dedo, para advertirle que no podía... Espera, podía hacer lo que quisiera. Megde. Y claro, se le olvidó ponerse la parte de arriba del pijama Porque es Harrison y sé cómo es, o sino, empezaría a malpensar.
Visto lo visto, me parece que hoy me toca pasar la noche aquí. Si intentara llegar a la puerta, seguro que me hacía dar la vuelta. Cuando se metió en el baño, alcé las paños cerradas en puños y apreté los dientes, en una extraña mueca de frustación. Solté aire de golpe y traté de relajarme.
-¿Baño? Pues sí, no estaría mal. Pero tú primero, mientras yo... Voy a por un vaso de agua
Me levanté, tropecé un par de veces y me dirigí a lo que imaginaba que era la cocina. Estuve tentada de tirarme el agua por encima, a ver si eso me despejaba Cuando volví al salón, caí en un par de detalles vitales.
-¿Tu intención es que duerma aquí? ¡Ni siquiera tengo pijama! -olisqueé mi chaqueta-. Esto huele a cerveza...
PArece mentira que no halla reparado en esos detalles con anterioridad...

**Harrison C. Baratheon** Vie Jun 03, 2011 12:49 pm

No dejó de protestar mientras yo intentaba adecentar un poco la casa. Por lo menos, el dormitorio. No es que me importase realmente que ella supiera lo desordenado que era, pero tampoco me apetecía que andase protestando sin motivos. Así que seguí con lo mío ignorando sus comentarios. Dudaba mucho que hubiera cenado, y la ausencia de alimentos en el estómago explicarían en gran medida que unas cuantas cervezas le hubieran afectado tanto. Escuché otra de sus muchas protestas, en esta ocasión alegando que se iba a la cocina, y tentado estuve de negarme, pero al fin y al cabo, no estaba tan desastrosa; una vez más, la higiene en la alimentación era fundamental.

Entré después de que me "cediera" el baño y, pese a que ya me había cambiado, cerré con pestillo y me di una ducha rápida de cinco minutos. Siempre había sido rápido cuando se trataba de la ducha, gracias a eso podía dormir más horas por la noche. Salí de nuevo con el pantalón del pijama y una toalla sobre la cabeza, y sin más, cogí de nuevo a la chica y la llevé hasta el baño, sentándola en el bidé. Fui a mi dormitorio y cogí de nuevo la parte de arriba del pijama limpio y volví hasta donde estaba ella para lanzárselo a la cabeza junto con una toalla, limpia también.

- No tardes mucho. Si necesitas algo da un grito. Algo que no sea una protesta. - No era una queja ni una recriminación, sencillamente no me apetecía levantarme para nada.

Cerré la puerta y me dirigí al salón, sentándome en el sofá y abriendo un libro a la espera de que la chia saliera del baño. Para que luego se quejase .

**Nymeria E. Hawkins** Vie Jun 03, 2011 1:07 pm

Veamos, analicemos la situación. Estoy... achispada Harrison, con el que digamos que siempre nos encontramos cuando nunca queremos vernos, me ha traído hasta su casa porque considera que mi estado es precario. Tengo que dormir aquí. No tengo pijama. El agua me sienta bien.
Otra vez se dirigió hacia mí. Otra vez me levantó y me trasladó hasta el baño. Vale, ya pillaba la indirecta Me dediqué a fulminarlo con la mirada todo el rato, hasta que me lanzó una toalla y una camiseta que aterrizaron en mi cara. Gruñí algo y la puerta se cerró.
Pues hala, nada de perder tiempo. Me quité la ropa que olía a cerveza y a humo de cigarrillo, que olía al Bar budo y yo también salté a la ducha. Pocas veces me he duchado a estas horas, pero lo necesito para despejar. El vapor me aclara las ideas, aunque no soluciona el hecho de cómo y dónde voy a pasar esta noche. Salí, me sequé y me puse la camiseta que me había dado. Tiré de ella, para que me llegara todo lo abajo posible. Sacudí mi ropa y después la doblé. Me enrolléla toalla alrededor del pelo y salí del baño.
-¿Lo ves? Y sin gritar ¬¬
Me gusta la música. De hecho, tengo sueño. Ha sido la ducha, sin lugar a dudas. Clavé la mirada en Harrison, a la espera de que levantara la cabeza. Ahora que ya podía pensar con claridad, empecéa darme cuenta de las idioteces que había dicho y hecho. Grrrrr, tendría que darle las gracias por todo lo que estaba haciendo por mí.

**Harrison C. Baratheon** Vie Jun 03, 2011 1:18 pm

Empezaba a sentir sueño. El libro estaba interesante, sí, pues mientras Francisco Miguel Hernández de Jesús y todos los Santos luchaba a muerte en un duelo a espada y sin escudo o armadura contra Alberto Manuel de Molina y Jamón, el ejército michaeljacksonizado avanzaba sin compasión, y la última esperanza estaba en Sara Jacqueline Ana la Astur, suma sacerdotisa de Fari, el dios del bien, acabase con la esferaSalvame que invocaba los poderes de la diosa del mal, Belenesteban. Pero el sueño se cernía sobre mi como el manto oscuro de los días sin luz en el libro. Pero mi Belenesteban particular no salía del baño.

Eché la cabeza hacia atrás, con el pelo algo húmedo pero ya casi seco, y cerré los ojos tapándome con un brazo. Me acomodé y estuve a punto de quedarme dormido, pero unos pasos me despertaron. Me incorporé mientras hablaba, entrecerrando algo los ojos porque la vista se me desenfocaba ligeramente por haber apoyado el brazo sobre la cara. Abrí la boca para contestar, pero se me escapó un bostezo. Sin levantarme, me restregué los ojos y me giré para mirarla, confiando en que ya hubiera terminado del todo.

- ¿Necesitas algo más o podemos irnos a dormir? - pregunté. Y evidentemente me refería a dormir por separado. Esa aclaración era innecesaria, por supuesto. ¿Cómo íbamos a dormir si no?

**Nymeria E. Hawkins** Vie Jun 03, 2011 1:37 pm

Jo, que no he tardado tanto ;___; Dejé mi ropa sobre aquella silla-puff blanca y me quité la toalla del pelo para frotarlo y secarlo, no fuera a pillar un resfriado. Pensé que me podía quedar quieta, pero no. Me rasqué el gemelo con el pie contrario y antes que dejar los brazos colgando, los crucé.
Respiré hondo y cerré los ojos. Vamos Nym, tú puedes...
-Gracias por todo.
Hale, ya está dicho. Más le vale no recordármelo en otro momento o usarlo como arma de doble filo contra mi. Le debía una y bien gorda. Con un poco de suerte, estaría adormilado y ni se habría enterado.
-Hmmm... Sí, lo de irse a dormir me parece perfecto. Estás en el sofá, así que si me cedes el sitio, por favor...
Yo al menos no veo habitación de invitados, y habiendo un sofá no voy a dormir en el suelo. Caminé hasta ponerme enfrente de él y esperé a que se moviera. A mi me falta un chucho al que achuchar. No iba a pedirle que me dejara achucarle ò__ó Antes abrazo al cojín o a mis rodillas, y mira que odio dormir en posición fetal.

**Harrison C. Baratheon** Vie Jun 03, 2011 1:47 pm

Aún adormilado, sacudí un poco la cabeza, ahora ya enfocando correctamente. Fruncí el ceño ligeramente cuando me dio las gracias. Quizás no fuera Nymeria sino un Insolita que hubiera adoptado su forma y ahora tratase de acabar con mi vida. Pero dudaba mucho que, por válida que fuese mi teoría, se ajustase a la realidad. Así que cuando se acercó a mi me levanté sin escucharla, y con un gruñido cogí la toalla y se la puse sobre la cabeza, frotando con energía su cabeza para terminar de secarle el pelo. Si no, seguro que me pudría las almohadas o algo.

- ¿Gracias por qué? - no pude evitar preguntar. Con esta chica nunca se sabía.

Seguí con ello, el secado de pelo, hasta que consideré que poco más se podía hacer, y le dejé la toalla sobre la cabeza porque... Porque sí. Me agaché de nuevo y volví a cargar con ella como el fardo que era, asegurándome esta vez de no mirar, porque al fin y al cabo llevaba menos ropa y podía ser incómodo. Me dirigí sin más hasta mi dormitorio, abrí la puerta y avancé hasta el fondo, hasta la cama, donde la solté y estuve a punto de caer. Tras recuperar el equilibrio, me dirigí a la puerta y me giré.

- Como mañana me despiertes antes de la hora, vamos a tener algo más que palabras. - Y no, esta vez tampoco iba con segundas. Si había un momento del día, o de mi vida en general, en el que yo era irascible, era al levantarme por la mañana sin haber dormido demasiado. - ¿Algo que añadir?

Si se lo preguntaba era más que nada por cortesía; si tenía que aguantar de pie cinco minutos más, me tiraría en la cama y me importaría un bledo si ella seguía allí o no, porque yo iba a dormir a pierna suelta seguro.

**Nymeria E. Hawkins** Vie Jun 03, 2011 2:03 pm

Porras, porras y más porras. ¿Cómo que porqué? Encima iba a tener que explicarme. Agh, odio verme en esta situación. Pero tengo que explicarme.Más que nad aporque puede malinterpretar mi silencio y porque... porque es mi deber explciarme.
No pudo ver mi cara de sorpresa porque decidió secarme el pelo. Nadie me secaba el pelo desde hacía... mucho tiempo. Por otro lado, vi mi oportunidad de oro para explicarme. Con tanto "frus frus" de la toalla, tanto da si me entiende todo como si no, pero no lo voy a repetir.
-Pues por... por todo. Por sacarme del bar, por traerme hasta aquí sin hacerme caso, por dejarme usar tu ducha, por el pijama y por el sitio para dormir.
A ver si se le va a subir el ego. Espeor que no, bastante especial es este chico de por sí :feo:

Retiró la toalla de mi cabeza y fui consciente de que mi pelo debía ofrecer un aspecto similar al de la melena loca de un león. Y haaaaaaaaala, otravez me cargó como un saco de patatas :feo:

-¡Oye... ! El sofá está ahí -y me estiré sobre su hombro para indicar que estaba dejando atrás el sitio donde se suponía que iba a dormir. Una puerta, una habitación y ¡plof! un colchón. Anda, una cama. ¿Una cama? o.O Me coloqué la camiseta para que me tapara todo lo posible. No entendía nada. Cuando fui a preguntarle qué estaba haciendo, me advirtió desde la puerta que no le despertara pronto.
-Pero tú... Es decir, yo debería dormir en el sofá...
No me habría imaginado que fuera capaz de cederme su cama. Sostuve su mirada un momento y dado que parecía a punto de caerse de sueño, dije mi última frase en tonoamable.
-Buenas noches, que descanses.

**Harrison C. Baratheon** Vie Jun 03, 2011 2:14 pm

Mientras terminaba de secarle el pelo asentí ligeramente con la cabeza. No me parecía que debiera darme las gracias, después de todo éramos compañeros e imagino que aunque no fuésemos amigos ni nada similar, no es que fuéramos extraños. Pero si ella se sentía mejor dando las gracias, era mejor que me callase. Era la primera vez que se lo oía decir, y es posible que fuera efecto del alcohol que aún no había eliminado.

Pero volviendo a la despedida, me quedé en la puerta sin saber muy bien qué esperaba. Nymeria parecía mucho más pequeña de lo que en realidad era, posiblemente porque mi camiseta le venía grande y porque andaba encogida para que no viera nada. No sabía muy bien por qué, ya que yo solo la miraba a la cara, pero si iba a sentirse más cómoda era cosa suya; prefería no meterme en líos, que el Fari me ampare. Incluso la literatura se metía en mi cabeza. La sacudí para apartar esas ideas de mi mente y de paso negar cuando la chica mencionó el sofá.

- Arrópate bien, solo faltaba que te constiparas. Buenas noches. - contesté con tono eficiente. Podía haberlo hecho yo, pero solo podía pensar en dormir. - Ah, y deberías engordar algo, no pesas nada.

Cerré la puerta con un enorme bostezo y me dirigí al sofá, cogiendo ~~el manto de morfeo~~ la manta de las siestas y echándomela por encima, sin terminar de colocármela pues me quedé dormido antes de que mi cabeza tocase siquiera el cojín.

**Nymeria E. Hawkins** Vie Jun 03, 2011 2:26 pm

Era todo tan desoncertante... No éramos uña y carne y tampoco unos desconocidos. Era raro, eso es No añadí nada cuando negó ante mi mención al sofá ni explicó porqué me cedía su cama. Bajé un momento la mirada y diría que hasta la convertí en algo amable, minisonrisa incluida. Ni siquiera sé si llegó a verlo en el breve tiempo que utilizó para decirme que comiera. Después, se fue. Me quedé encima de una cama demasiado grande para mi, en una habitación extraña y en cierto modo encantadora, me recordaba a la mía por su decoración marina. Estornudé. Me metí corriendo entre las sábanas y prácticamente las eché sobre mi cabeza. Tienen un olor extrañamente agradable. Me hice una bola para entrar en calor y después me estiré ocupando el máximo espacio posible.
Por la mañana... por la mañana sería peor, porque recordaría todas las tonterías que había dicho y hecho en el bar. Sacudí la cabeza, cerré los ojos y procuré dormirme.

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