Neverland

Levantó la cara, para dejar hacer al chico mientras escuchaba lo que el chico le decía. -Ni tuyas... ni de nadie, si acaso... de Noor- y mucho era, que ella prefería hacer lo que le viniese en gana, si le apetecía pasearse por el MIB se paseaba y sino... pues se tocaba las narices en su casa, o se iba a buscar a Garrett un rato, todo era posible.

-En ese caso... si te pones así... no me dejas opciones para decirte que no...- le dijo al chico mientras le ayudaba a desabrocharse la camisa, sinceramente, no sabía las intenciones que tenía el chico, pero la verdad... poco le importaban. A todo esto, ambos se habían olvidado de los cereales, que observaban la escena desde la encimera de la cocina.

-Ya claro... sólo hay que verte a ti- bromeó al chico mientras le volvía a besar, no lo deía en serio, sabía que probablemente no duraría nada en un combate cuerpo a cuerpo con alguno de los guardias, pero bueno, siempre podría hacer parrilla de guardias

Sí, Noor y ella eran grandes amigas, tenía que cuidarse de comentar sus planes o sus verdaderos sentimientos delante de De Bajna si no quería que le fastidiara todo. Ya había estado a punto en la heladería la noche aquella en la que decidió bautizar a su rata. - Buena chica. - Le ayudó con los botones y después se entretuvo un rato más dejándose besar teniéndola todavía contra la nevera. Una curiosa forma de pasar la noche, pero cada uno se entretenía como le daba la gana. ¿Quién les iba a censurar? Enarcó una ceja cuando An negó que se pareciera a una Tortuga Ninja. - Aquí se puede rallar queso, muñeca. - Bromeó poniendo voz de machote mientras le cogía una mano a la chica y la ponía sobre sus abdominales. Luego volvió a alzarla en brazos. - Coge los cereales, ¿quieres? Me apetece volver arriba otra vez

Y así iban pasando las horas y las horas de la noche, pero a An no le importaba en absoluto, tampoco es que tuviese sueño, sino que prefería disfrutar de la compañía del chico. Enarcó una ceja intentando ponerse lo más seria posible cuando el chico le dijo "buena chica". -Oye guapo, ¿acaso me ves cara de perro?- le preguntó en un tono que no se sabía a ciencia cierta si era de broma o en serio. Pero su expresión cambió casi radicalmente cuando bromeó con lo de rallar queso, sí, ya venga, no pudo evitar una carcajada, pero luego le hizo cosquillas cuando le llevó la mano a los abdominales, al menos lo intentó, por que no sabía si el chico tendría cosquillas o no.

-Con tanto cogerme en brazos voy a acabar cogiendo complejo de princesa disney- sonrió al chico mientras volvía a coger la caja de cereales, y marchaban los dos hacia arriba

- Sí. - Contestó mientras caminaba con ella a cuestas de nuevo escaleras arriba. - De perrito peludo de esos pequeños. - No sabía el nombre de la raza pero era el que paseaban todas las abuelas con un ganchito rosa en el flequillo. Le apartó la mano porque sí tenía cosquillas y reírse no era lo suyo, así que eran incompatibles con su carácter. Nada de carantoñas a Morten, en todo caso las haría él. - Así me mantengo en forma. - Defendió su derecho a cogerla en brazos cuando quisiera. - ¿No es un coñazo vivir en una casa con escaleras? - A él se lo parecía y solo llevaba dos horas dentro, imaginar toda una vida se le hacía cuesta arriba y nunca mejor dicho. Para cuando llegó al dormitorio estaba un poco sin resuello, pero lo consiguió.

An enarcó una ceja cuando Morten le dijo lo de que parecía un perro, pero lo dejó pasar, simplemente se cruzó de brazos y no hizo ningún comentario al respecto, no le apetecía ponerse a discutir, al igual que lo de cogerla en brazos.

-Seguro que habrás levantado pesas que tengan un peso superior al mío- a ella no le importaba en absoluto el hecho de que pareciera que se iba a romper, tan poco le desagradaba siempre había sido así desde pequeña, y nunca le había resultado un impedimento. -Eres un soso, podrías hacer algo de risoterapia, o algo por el estilo- lo decía por la cara de bruño que tenía siempre y bueno, por apartarle las manos en el intento de An por hacerle cosquillas

No se lo discutió porque era cierto, lo de las pesas. Se tumbó otra vez junto a ella y como ya no había ropa que quitar se limitó a besarle el ombligo como un bebé al que se le hacen pedorretas. - ¿Risoqué? - Era la primera vez que oía eso pero no sonaba bien. - Suena a un montón de imbéciles riéndose a la vez. - Igual era eso, ahora la gente se apuntaba a actividades rarísimas como el "reiki", que tampoco sabía qué era. A lo mejor Anäis le pegaba al feng-shui.

De nuevo en la habitación de An los dos tumbados el chico comenzó a besarle la tripa, a este paso iba a coger complejo de embarazada, bueno, no, prefería no pensar en eso, un niño, demasiada responsabilidad, ya tenía suficiente con Niahm.

-Nada, te digo que deberías intentar... ser menos seco, reírte de tanto en tanto, que no todos te van a hacer daño, a mi no tienes por qué ponerme caras largas, que no soy tu enemiga- le dijo mientras le acariciaba la cabeza, pero no al estilo perro, sino con cariño. -Y no me valen las sonrisas amargas que pones de tanto en tanto- miró al chico poniendo cara de niña pequeña enfurruñada

Se la quedó mirando un tanto pensativo. - No he tenido muchas oportunidades de reírme de verdad. - Reconoció girando la cara para besarle la palma de la mano. No se sentía infeliz en absoluto, pero no veía la gracia de ir por ahí demostrando a los demás que uno estaba contento en forma de carcajadas. Ahora por ejemplo estaba bien y no necesitaba que la gente se enterase. ¿Tan raro era? Al ver la cara de An lo intentó curvando las comisuras de los labios y tratando de imitar a la gente eufórica de los carteles de publicidad. - ¿Así?

-No te he dicho que vayas todo el día con una sonrisa de oreja a oreja, pero si algún día quieres reírte, que lo hagas- le dijo acariciándole la cara, no tenía muy claro eso de que el chico fuera a hacerle caso, pero al menos, ella prefería intentarlo, y sino resultaba... pues se aguantaba. Después empezó a reírse ante la mueca que puso el chico, bueno, al menos lo había intentado. -Me parece que... tienes que practicar un poco más- le dijo entre risa y risa.

Recordó que el otro día con Noor en la heladería se le había escapado la risa, pero no se lo dijo a Anäis porque pensó que podía molestarse de que sí se riera con otras y con ella no. En realidad también An le hacía gracia, era mona y por más que se las diera de mala tenía unos prontos de niña que para qué. - Lo haré todos los días delante del espejo. - Prometió. - Cuando tenga una sonrisa bonita avisa y pararé. - Nunca protagonizaría anuncios de pasta dentífrica pero podía vivir sin ello.
Se dio media vuelta cual croqueta en la cama y se puso encima de la chica, besándole el hueco entre las clavículas y un poco más abajo. - ¿Estás bien? - Preguntó alzando la cabeza un momento y mirándola con curiosidad.

Que An tampoco le había pedido al chico que hiciese un cursillo para aprender a reírse, sólo decía que de vez en cuando sonriese, que no se puede ir con cara de bruño por la vida, más que nada... por que estaba feo, hombre. -Tienes una sonrisa perfecta, sólo... la tienes que utilizar, pero de verdad, no sonrisas irónicas ni amargas, ni nada por el estilo- besó suavemente al chico, hombre, por dios, que dicen que sonreír es bueno para la salud (?).

-Estoy... pefectamente ¿acaso tú no?- estas eran las desventajas de no haber tenido novio en la vida, que An no sabe cuando un chico quiere algo, cuando no lo quiere, lo que puede decir, lo que no puede decir.... -Si... necesitas algo... dímelo- le dijo al chico mirándole a los ojos

- Lo pensaré. - Acordó como si An le estuviera pidiendo una tregua en un tratado comercial. Le pareció muy cómica la forma en la que la chica trataba de averiguar si Morten estaba bien o carecía de algo, se la veía tan inocente cuando hacía eso que el chico sintió la necesidad de tranquilizarla pese a que eso no fuera en absoluto con su carácter. - Yo también, preciosa. - Le contestó rodeándole el cuerpo con un brazo y acostándose boca abajo a su lado. - ¿Dormir cuenta? - Propuso, divertido.

Se tranquilizó cuando el chico le dijo que estaba perfectamente, haciendo caso omiso a lo de la sonrisa, ya lo intentaría, ya, de una forma u otra conseguiría que aquel chico sonriese. -Bueno... pues si lo que quieres es dormir, durmamos, aunque con ese tono de voz... no sé que es exactamente lo que quieres- An necesitará un manual de instrucciones para entenderle, por un lado el chico le había dicho que quería dormir, pero el tono, decía todo lo contrario, no si An se volverá majara con este chico

Había aplastado ya la cara contra la almohada, pero se giró hacia ella intentando también dilucidar qué era lo que quería, porque tampoco es que interpretar a Anäis fuese moco de pavo. - ¿Por qué no me dices lo que quieres tú? - Propuso. - Que siempre mando yo. ¿No eras una chica dura y mala? - O eso había dejado caer antes, vamos, pero luego bien que era Morten el que decía "tengo hambre", "tengo sueño", "vamos arriba"... Con lo que le gustaba a él que las chicas le controlaran en el dormitorio, madre mía.

Se había dado la vuelta para dormir, cuando el chico volvió a preguntarle qué era lo que quería hacer ella, la verdad no se lo había planteado, ella... no quería algo simplemente había algo que se le venía a la cabeza lo hacía y luego lamentaba. Así que se acerco al chico y le mordió una oreja. -Eso es lo que quería hacer, además, eres el invitado, no importa lo que yo quiera, importa lo que quieres tú- le dijo sonriendo de forma socarrona. -yo no soy mala ni dura, al menos no contigo, el que tiene que serlo eres tú, que para algo eres guardia de seguridad- tsk, que el que se empeña en aparentar cara de estirado y sieso es él no ella

La conclusión que extrajo Morten de aquello era que en efecto An tenía de dura lo que una pelotita antiestrés: nada. Se frotó la oreja y se rió cuando ella le echó en cara que si era guardia tenía que ser malo. ¿Entonces por qué quería que sonriera? Las chicas eran raras de por sí, pero las del MIB se llevaban la palma. Entre Anäis y Noor iba a terminar como una berza. - Pues entonces a dormir. - Dictaminó, que ya era tarde y había cogido la postura así boca abajo con un brazo en la cintura de la chica. - Buenas noches. - Le dio un beso en la nariz y un rato después se quedó frito.