Re: Bar Budo

**Roxanne M. Frederiksen** Mar Mayo 24, 2011 9:45 am

Estaba intentando pasar de los dos viejos dedicándose a limpiar con el dedo bien el borde del vaso así que no se dio cuenta de que el chico estaba a su lado hasta que dijo que la invitaba. Al mirar por encima del hombro se fijó en como uno de los dos viejos lo miraba con desprecio y se giraba para volver a gritarle a su compañero

- Vaya, ¡gracias!. Soy Roxanne -mira que majo, ahora por lo menos si se intoxicaba habría sido gratuitamente y no perdiendo dinero. Le extendió la mano, entendía que lo menos que podía hacer era presentarse (?)

**Alastair Duncan** Mar Mayo 24, 2011 9:49 am

- Smith, John Smith - se presenta, mientras sigue intentando no reirse de la cara de Larry, que parece que le han amargado su mejor fiesta de cumpleaños. A todo esto, debería buscarse un alias que no cantase tanto, pero era eso o James Bond. Le estrecha la mano, pero ya que la ha invitado a cerveza interpreta que hay confianza y le planta también un beso en cada mejilla - No tienes pinta de venir mucho por aquí...

**Roxanne M. Frederiksen** Mar Mayo 24, 2011 9:57 am

Se rió; era triste pero Roxanne era así de inocente y se había creído completamente lo de John Smith

- Vaya, como el de Pocahontas -le sonrió; qué guay, nunca había conocido a nadie con nombre de famoso, sólo cosas como Armando Guerra o Dolores Fuertes . Asintió un par de veces cuando le preguntó si iba por ese bar. Obviamente no -Que va, es la primera vez que entro... es que me estaba muriendo de calor, necesitaba algo de beber -le explicó, recogiéndose el pelo en una coleta alta mientras hablaba, que le daría más fresquito. -Y no sé como tú puedes venir aquí con frecuencia

**Alastair Duncan** Mar Mayo 24, 2011 10:05 am

- Normal - repuso a lo del calor, haciendo un gesto con la barbilla en dirección a la camisa de cuello subido que llevaba Roxanne - Creo que te has confundido de estación, estamos casi en verano - y el verano siempre tenía la ventaja de permitir unas vistas mucho más... interesantes. Tuerce el gesto cuando critica el bar Budo, como si estuviera ofendido - Oye, que este bar es toda una institución, ¿me guardas un secreto? - se acerca un poquito a la pelirroja, lo suficiente para poder susurrarle algo algo al oído - En realidad vengo por la becaria en prácticas, es mi amor platónico - si, está hablando de la viejecilla dormida del rincón, a la que siempre confunden con la bisabuela del dueño.

**Roxanne M. Frederiksen** Mar Mayo 24, 2011 10:14 am

- Ya, la verdad es que sí pero... es que era bonita -mintió; pero claro, no iba a decirle la verdad; se recordó mentalmente que mañana se compraría un kilo de maquillaje pero vamos, no volvía a salir con aquello. Quizá un pañuelo no diese tanto calor...

- ¿Toda una institución? Si es un antro -le respondió, alzando una ceja y señalando con una mano el local, como mostrándolo. Abre los ojos cuando dice lo del secreto y suelta una risita un poco tonta al decirle lo que era. Lo bueno que tenía ese bar era que una se desvinculaba totalmente de los problemas del MIB y de la cantidad de Insolita que en ese momento la querrían ver muerta, por lo menos.

- Guau, tienes razón; pero ¿qué me dices de los dos machotes peleándose? -le respondió señalando con la cabeza a los dos viejos de antes

**Alastair Duncan** Mar Mayo 24, 2011 10:23 am

- ¿Bonita? - puso los ojos en blanco, para él cualquier prenda de ropa que tapase más de lo necesario de bonita no tenía nada - Así que un antro, ¿eh? Pues bien que te estás bebiendo su cerveza si quejarte. Que no te oiga el dueño o te echará a patadas, y eso sería una lástima - por suerte el hombre se estaba quedando tan sordo como la becaria y no se habría enterado de la mitad de la conversación; por eso le gusta el Bar Budo, aparte de por la cerveza, tenía privacidad asegurada - Muy poco mundo tienes tu si llamas a eso una pelea, si quieres un día te llevo a una de verdad - propuso. Si es que la cerveza le volvía majo, haciendo invitaciones y todo.

**Roxanne M. Frederiksen** Mar Mayo 24, 2011 10:35 am

- Aham -repitió a la pregunta de si era bonita, aunque el chico lo hubiese dicho con retórica. -Bah, el dueño está bastante sordo, no se enterará. Pero oye, que si quieres puedo empezar a quejarme de su cerveza también, ¿eh? Por eso que no sea

Negó con la cabeza dando a entender que no iba a cambiar de opinión con respecto al tipo de local que consideraba a ese bar, de un momento a otro se esperaba que apareciese una rata por el suelo. Ese pensamiento le hizo levantar los pies y apoyarlos sobre la barra del taburete, sólo por si acaso, jé.

- El mismo mundo que tienes tú si le llamas a esa becaria sexy -le contestó, si él hacía una broma ella también, ¿no?. De todas formas asintió a lo que dijo bromenando: -De acuerdo, pero en la que haya sangre y dientes volando

**Alastair Duncan** Mar Mayo 24, 2011 10:44 am

- Ni hablar, que luego nos relacionan y a mi me prohiben la entrada por tu culpa - y eso sería toda una tragedia, el bar Budo era uno de sus tugurios favoritos para emborracharse y luego irse andando a casa. Y ahora se metía con SU becaria, Duncan miró a la chica mal, muy mal. Tal vez estaba un poco borracho, porque no solía ir poniendo caras por una tontería como esa, mejor se iba largando - Eso está hecho, tu vuelve mañana aquí a estas horas y te llevaré a ver las peleas callejeras de los barrios bajos - sí, había interpretado que la chica decía en serio lo de los dientes volando - Hasta mañana, pelirroja

Salió del bar tambaleándose un poquito al andar. A lo mejor es que no se había bebido precisamente dos cervezas solo.

**Roxanne M. Frederiksen** Mar Mayo 24, 2011 10:47 am

- Guay -aceptó, aunque seguía pensando que el chico estaba bromeando

- ¡Espérame! No me dejes aquí sola -le gritó apurando el paso para alcanzarlo, además, posiblemente tendría que guiarlo, visto que iba algo fino.

**Nymeria E. Hawkins** Jue Jun 02, 2011 11:05 am

Bar Budo... ¿Pero quién pone los nombres de los bares en esta ciudad? Con lo hermoso que quedaría "El Holandés Errante" o "La Caseta de Perico". En el fondo, no quiero pensar que he entrado en este sitio por curiosidad, cosa que me parece que es así. O porque no tengo un lugar mejor al que ir o nada mejor que hacer. Tras mi paseo nocturno por el puerto en compañía de Haru, el chucho se quedó en casa y yo salí. Por la noche es cuando las personas más cosas tienen que contar, y en calidad de metomentodoMIB, es mi humilde deber escuchar y sonsacar cualquier cosa interesante.
No llevaba ropas llamativas. Tonos oscuros y discretos, movimientos esquivos... Nadie repararía en mí. Me acerqué a la barra y pedí una cerveza. No iba a pedir un zumo a estas horas de la noche, se habría reído de mi hasta el gato pintado en la pared. Tomé un pequeño trago, saqué mi moleskine y fingí apuntar un par de cosas sin importancia mientras pegaba el oído a la espera de captar una covnersación interesante.

**Harrison C. Baratheon** Jue Jun 02, 2011 11:15 am

Tras mi carrera nocturna por la playa había decidido acercarme al bar a tomar algo. Tras un buena ducha aparecí por el Bar ~~Bilampiño (?)~~ Budo con unos vaqueros oscuros y una camisa de cuadros gris oscura sobre una camiseta blanca. En principio sería posible pasar desapercibido, nunca había que dejar de estar atento al mundo que me rodeaba por si conseguía algún tipo de información, pero en principio, aquella noche me apetecía sencillamente tomar una cerveza. Cierto es que tenía relativo aguante al alcohol como se había demostrado en las cenas, poco abstemias, familiares, pero una cerveza, al fin y al cabo, no hace daño a nadie. A menos que se encuentre en mal estado y conlleve una serie de problemas de tipo gastrointestinal. Así que seria más acertado decir que una cerveza no suele hacer daño.

Sumido como estaba todavía en las diferencias sutiles entre las frases hechas y la realidad me dirigí a la barra apoyándome en un taburete y pidiendo la cerveza en cuestión. Pese a que todo el mundo decía que los vasos estaban más limpios, los labios de cientos de personas habían estado allí, y con un nombre como Bar ~~Bacoa~~ Budo poco podía fiarse uno de la higiene. Por otra parte, el botellín podía haber estado en cualquier parte, pero decidí arriesgarme a contraer algún tipo de enfermedad vírica pues no ganaría nada pidiendo desinfectante al camarero. O quizás sí .

**Nymeria E. Hawkins** Jue Jun 02, 2011 11:30 am

Creo que me he equivocado un poco de sitio. No sé, igual es demasiado pronto para decir algo así. Quiero decir, las conversaciones no son nada interesantes A mi qué mas me da quién haya ganado el último partido o si al de la mesa de la ventana de le fundieron los plomos ayer. Ojalá esto fuera una serie de esas de la tele, donde aparece un extraño sujeto, o de repente dos personas empiezan a hablar en código y a pasarse maletines bajo la mesa.
Sacudí la cabeza. Creo que leo y veo demasiada tele. Simplemente tengo demasiada imaginación. Siempre la he tenido, está en los genes. Otro trago de cerveza y me di cuenta de que había empezado a dibujar un barco en la esquina de mi libretita. Comencé a perfilar los mástiles cuando mi oído captó algo familiar. Alcéla cabeza y fruncí el ceño casi al instante Será posible que me lo encuentre hasta en la sopa... Bueno, en la cerveza. Y no me ha visto. He venido a trabajar, a recopilar información, no a beber cerveza. Así que yo sigo a mis cosas. El mástil me está quedando un poco torcido...
Un camarero pasa y me da un golpecito en el brazo, suficiente para que acabe de convertir la proa del barco en un rayón.
-Gggrrrrrrr... -y traté de convertir aquel manchurrón azul en una ola o algo parecido. Esto me pasa por dejar libre mi arte en un garito. Bebí otro trago, este más largo.

**Harrison C. Baratheon** Jue Jun 02, 2011 11:41 am

En definitiva, la higiene era elemental incluso a la hora de morir. De ahí que se desinfectaran las agujas para la inyección letal. ¿Qué necesidad había de que el condenado a muerte, además de morir, acabase con algún problema vírico? En esas seguía, reflexionando sobre temas de ontología del ser (?) cuando me percaté de que me había terminado la cerveza. En menos de diez minutos. No tenía muy claro cómo o por qué, pero por lo visto estaba demasiado ocupado con mis reflexiones trascendentales como para darme cuenta de que no había soltado el botellín. Con un gesto al camarero ~~o a la becaria en prácticas del primer post~~ pedí otra, a sabiendas de que el efecto que me iba a producir era equivalente a un zumito de piña. Al fin y al cabo, mi masa muscular era elevada, y aquello sumado a la hormona existente en el aparato digestivo masculino (?) me confería una mayor resistencia al alcohol.

Según conseguí mi segunda cerveza escuché un gruñido de marinero borracho. Me giré disimuladamente y descubrí a algo similar al marinero en cuestión, Nymeria. En el puerto cantaba canciones de pirata y en el bar gruñía como si acabase de cambiar el viento y tuviera que cambiar de dirección para ir a favor del mismo. Desde luego, se había equivocado de época al nacer. En definitiva, no comprendía como funcionaba la mente de aquella chica, aunque gracias a ella estaba yo en el MIB. No podía ser tan mala ni tan retorcida. Bueno, sí, podía. Al fin y al cabo, aquello se basaba en su interés por ciertas facultades que poseía. De lo que no fui consciente es que no dejé de mirarla, quizás durante demasiado rato, preguntándome el por qué de aquella chica. Si es que lo había .

**Nymeria E. Hawkins** Jue Jun 02, 2011 12:01 pm

Estaba convirtiendo mi boceto en un garabato de preescolar. Antes de que mi moral terminara por irse a pique ella solita, dejé el lápiz sobre la mesa y la libreta también. Bebí. Aaarrrggg, todo por culpa del camarero torpe ¿Y qué pasa si ese boceto me hubiera llevado a la fama? ¿Eh-eh? Pues pasa que acabo de tirar mi futuro por la borda y ya no puedo salir a flote. Seguro que habría sido como encontrar un cofre pirata enterrado en la playa. Ahora, he perdido mi mapa del tesoro. Estoy más hundida que el Titanic.
Al darme cuenta del rumbo que llevaban mis pensamientos, me incorporé un poco en el asiento. Tanta jerga marinera no es buena. ¿Será cosa de la cerveza? Por Dios, si he tomado tres tragos y... oh, falta media botella o__O Debo controlarme y... Por las barbas de Poseidón, me ha visto. Y lo que es peor, le he visto. De pleno. Conversación ineludible. Maldita sea, no tengo muchas ganas de hablar. Mi dibujo T___T
-¿Qué hay, Harrison?
Viiiivaaaa la simpatía, el poner buena cara y el sonreír Yo también le miro, fijamente. A ver quién parpadea antes, hala. Oh, todavía tenía el lápiz en la mano... Puedo usarlo como arma ofensiva si pierdo la paciencia *O*

**Harrison C. Baratheon** Jue Jun 02, 2011 12:14 pm

Y en definitiva los modales de Nymeria distaban mucho de los que le correspondía por estatus social. Pero al fin y al cabo, aquello no eran más que convenciones humanas, pues no venía dado por la naturaleza sino por lo que pensase el otro de las acciones de uno mismo. Como el tema de la higiene. Igual en otras sociedades estaba bien visto no ducharse o no lavar los vasos. Aunque aquel acuerdo social era imprescindible si no se quería contraer cualquier tipo de enfermedades.

Volví del mundo de las ideas platónicas (?) tras llegar a una conclusión lógica y bien razonada, aunque tenía poco que ver con el principio de mi debate interno, cuando me percaté de que no había desviado la mirada. Básicamente porque me saludó. Tardé todavía un par de segundos en reaccionar, preguntándome estúpidamente si había posibilidad de fingir que no era yo. Pero descarté el plan por ser inviable; si me había saludad mientras la miraba de frente poco podía hacer al respecto. Di un trago largo del botellín de forma automática. Sabía que no me daría paciencia, pero el alcohol tendía a desinhibir y por lo tanto, no sentiría tantas ganas de matar a la Woman in Black en cuestión. Jé, aquello era un chiste en toda regla.

- Buenas noches, Nymeria. - saludé todavía sonriéndome por mi agudo ingenio. El botellín se acababa. No comprendía qué le pasaba a la cerveza aquella noche; había descartado que alguien me robara tragos y la evaporación. Así que solo cabía pensar que me la estaba bebiendo yo. Aunque con estas cosas nunca se sabe. Me levanté sin saber muy bien por qué y me senté junto a ella, manteniendo eso sí una cierta distancia. - ¿Qué haces aquí?

Y de nuevo, era una pregunta como otra cualquiera sin intención de molestarla. Aunque a mi me molestara su simple presencia. Pero bueno, pelillos a la mar. Me sonreí de nuevo. Pelillos en el Bar Budo. La mar con un marinero borracho que se hacía llamar Nymeria. Aunque más que mar, cerveza. Y luego decían que no tenía sentido del humor.

**Nymeria E. Hawkins** Jue Jun 02, 2011 12:47 pm

Analicemos la situación. He echado a perder mi futuro por culpa de un rayón en mi cuaderno. Harrison está aquí, vete tú a saber porqué.Y estamos hablando, como siempre. Es decir, estamos hablando como siempre. ¿Qué demonios tiene esta cerveza? No beberé más. Luego veo hundimientos donde no los hay. No, no, hundimientos no, que luego tenemosque achicar el agua. Y eso duele a los riñones. Ay, mis pobres riñones... Espera, me estoy pareciendo a un filósofo Y yo no soy como el de enfrente, que seguro que nunca ha bebido agua de mar. Bebe cerveza. Como si bebiera agua o_O Y aguanta el tipo. Qué chico este. Cada día descubro una cosa nueva de él.
Oh, mi cerveza se ha terminado T_T Espera, había dicho que no iba a beber más. No pienso pedir otra, eso es. Oh, si hasta me dirige la palabra y se sienta cerca. Menos mal que nos llevamos como nos llevamos o pensaría que esta es una maniobra estratégica básica de ligoteo.
Ante su pregunta, sacudí la mano en el aire. ¿Por qué estaba yo allí? Ah, sí...
-Pues estoy... Estoy observando el ambiente para tratar de encontrar algún dato interesante y nuevo para el trabajo. Ya sabes, lo mismo de cada día -¿mismo de cada día? Pero qué trolera-. ¿Y tú? ¿Qué te ha traído hasta aquí? Espero que no sea por la bebida, o demostrarás que tienes un gusto pésimo.
Me puse a mirarla etiqueta de la botella. A saber qué eran todos esos contenidos de nombres raros, pero no debían ser todos legales. Yo me había tomado una cerveza y de vez en cuando la cabeza me daba vueltas... Esto no era normal. Miré a Harrison y lo insté a hablar con un ligero movimiento de ceja. Siempre tan callado

**Harrison C. Baratheon** Jue Jun 02, 2011 1:04 pm

Y de pronto había un par de botellas más en la mesa. Si contábamos la que me había tomado en casa, más una y media en la barra, más otra en la mesa, llevaba ya tres cervezas y media. O cuatro, si se calcula desde el último trago que di. Y tampoco lo llevaba mal, porque tenía aguante. Pero empezaba a sentir mi cerebro más... abstracto y menos concreto. Aquello tampoco me agobió en exceso, ya que al fin y al cabo mientras fuera un pensamiento lógico todo iba bien. (?). El caso, y volviendo a mi sorprendente acompañante de aquella noche, es que la chica había ido allí por cuestiones de trabajo. Y llevaba ya un par de cañas encima. A mi aquello me parecía poco profesional, pero no pude evitar echar una ojo a las notas que había tomado, y lo que parecía una carpa de circo. Siempre había sido un poco payasa. Y yo nunca comprendería por qué la gente no disfrutaba de mi sentido del humor, siendo yo tan ingenioso como era.

- ¿No crees que beber alcohol, por poco que sea, es propio adecuado mientras se trabaja? - pregunté con curiosidad. Conociéndola, igual lo tomaba por un tónico que reactivase la circulación. En cualquier caso, me encogí de hombros. - Me tomé una cerveza en casa y se me ocurrió venir al bar. No esperaba encontrarme con nadie.

Miré yo mismo la etiqueta del botellín que me había terminado pensando en la historia de la cerveza, desde los egipcios y los sumerios hasta nuestros días, pero me contuve; no tenía sentido aportar datos históricos en ese momento. Y menos a Nymeria.

- Solo es cerveza, es la misma en este bar que en cualquier otro. Bueno, no, no es la misma porque si fuera la misma tendrían que compartirla, pero al ser de la misma marca puede considerarse que en algún momento fueron la misma cosa, antes del envasado. - comenté encogiéndome de hombros. Y ahora sí que no pretendía ser gracioso. - Imagino que aquí no tienen nada más allá de la cerveza.

Y tampoco me preocupaba. Que bastante poco acostumbrado estaba. En definitiva, empezaba a dudar de mi propia resistencia ante el alcohol. Por favor, si sólo eran cuatro cervezas. . Siempre me quedaba pensar que Nymeria estaba algo peor. Si hasta me hablaba y todo. Además, el tic en su ojo tenía que ser síntoma de un exceso con la bebida. Pero ya le hablaría de las enfermedades correspondientes otro día.

**Nymeria E. Hawkins** Jue Jun 02, 2011 1:23 pm

Bajé la botella de la cerveza. Oh dios mío,veo doble. ¿De dónde han salido esas dos botellas? Antes no estaban, deben reproducirse por clonación. O quizás las ha traído el camarero cuando yo no miraba. No, he dicho que no voy a beber más, así que manos mías, nada de coger botellas y mucho menos beber. Ya me ha echado por cara mi incompetencia. Bajé la voz para que sólo me oyera él.
-No era mi intención. Es decir, tenía que pasar desapercibida en medio de este lugar. No puedo investigar mientras finjo observar las paredes, ¿no te parece? Sospecharían de miy yo no tengo superpoderes para huir de aquí sin ser vista.
No me he ido de la lengua, que conste ò__ó Intercepto una mirada de Harrison a mi libretita. Vale, ya sé que eso no parece un barco después del rayón. Oh, espera, yo he apuntado cosas imporantes en esa libreta. Pa' la saca, no sea que alguien decida leerla. Sí, me preocupada tanto que la pille un Insolita como que la pille Harrison. A saber qué conclusiones sacaría de una frase tan sencilla como "llamar a papá y mamá a a partir de las 20:00".
-Además, espera. No eres el más apropiado para decirme que he bebido, ¿cuántas llevas tú, señor Don Sano? Independientemente de que fueran, sean o no sean la misma cerveza.
Agh, qué noche No sé qué daría por que ocurriera algo interesante... Tengo la sensación de que no estoy siendo yo misma

**Harrison C. Baratheon** Jue Jun 02, 2011 1:41 pm

Técnicamente solo transcurrían un par de segundos entre una frase y la contestación de la misma, pero aún así cada vez había más botellas en la mesa. Era del todo inexplicable. A menos que el alcohol nos estuviera sumiendo en una especie de burbuja en la que el tiempo transcurría más despacio al mundo exterior. En ese caso, pasarían varios minutos entre que uno hablaba y otro contestaba. Parecía viable, y me habría parecido una teoría válida de no ser porque eso implicaba haber bebido un poco más de lo debido. Y sin embargo, cada vez había más botellas. Y eso era innegable, fuera cual fuese la causa.

Volví a centrar mi atención en Nymeria, que parecía estar excusándose conmigo. La argumentación que me estaba dando era lógica, quedaría extraño que apareciera en un bar con un cuaderno sin pedir nada para beber y se dedicase a apuntar que debía hacer llamadas telefónicas a parientes cercanos. Aunque con esa chica nunca se sabía, quizás fuese algún tipo de código en el que "papá y mamá" eran un par de insólitas, "llamar" implicaba golpes y sangre y "a partir de las 20:00" era algún tipo de indicación geográfica de su ubicación.

- Tus métodos son cosa tuya. - contesté con simplicidad. - No sé por qué tendría que cuestionarlos, así que no hace falta que te justifiques.

Di otro trago. No comprendía cómo podía beber tan rápido, e imaginé que sería cosa del cansancio y de que, como todas las situaciones con Nymeria, era tan extraño que no terminaba de resultar cómodo. De hecho, era más incómodo que con cualquier otra persona.

- Yo he venido en mi tiempo libre, así que lo que beba no influye en mi trabajo. Además, yo vengo de hacer ejercicio. - contesté. Y de pronto, sin saber muy bien por qué, sentí la necesidad de ver si las flexiones hacían efecto en los músculos, y hasta qué punto estos se desarrollaban. Así que flexioné el brazo y, tras sacudir la cabeza, decidí que algo no iba bien. Me levanté sin tambalearme y sin que se notase que sentía todo un poco inestable, y miré a la chica. - Ahora vengo.

No hace falta decir que, por supuesto, iba al baño. Me levanté antes de que ella pudiera contestar nada y choqué por el camino con un par de señores o chavales, a decir verdad no me fijé. Me limité a disculparme y seguí con lo mío. Tras lavarme las manos, volví y me quede mirando a Nymeria, sin tener muy claro por qué. Sentía la mente algo más despejada, pero tampoco tanto como habría deseado.

- ¿Y te ha servido de algo hacer horas extras en el bar? - pregunté sin venir mucho a cuento. Y realmente, ¿a mi qué me importaba?

**Nymeria E. Hawkins** Jue Jun 02, 2011 2:05 pm

Tiempo libre, dice. Hacer ejercicio, dice. Que si mis métodos son sólo mios y no debo justificarlos. Pero entonces, ¿para qué preguntar si no quieres saber? No tiene lógica. Y que algo no tenga lógica en la mente extrañamente independicente de Harrison, es como si faltara el color en un cuadro de Bouguereau. Y hablando de mentes, creo que la mía también está un poco perjudicada. No puedo pensar con la misma agilidad que antes.
-A diferencia tuya, yo trabajo. Desde hace años y en secreto, ¿o ya no recuerdas cómo nos conocimos? Lo que pasa es que tengo mis métodos. Y también tengo que probar métodos alternativos, o sino nunca conseguiré evolucionar y mejorar.
La cerveza me juega una última mala pasada: acabo de ver a Harrison fardar de músculo delante de mis narices. Y después, como si nada, se fue al baño. Parpadeé y sacudí la cabeza. No vuelvo a probar el alcohol en mi vida o.O Me produce extrañas visiones, cuando en realidad esto era una conversación lineal y lógica sobre el trabajo.
-Bueno, me ha servido para saber que no pienso volver a beber aquí. O si lo hago, será de mi propia petaca. Y que aquí no hay ningún Insolita interesante.

**Harrison C. Baratheon** Jue Jun 02, 2011 2:19 pm

Notaba como Nymeria me miraba... raro. No sabía por qué, pero los ojos se le achinaban ligeramente y pronunciaba con claridad, pero más despacio. Empezaba a preguntarme si no me estaría tratando como a un niño pequeño, pero siendo ella es posible que intentara reírse de mi de alguna manera, y no pensaba darle ese gusto. En cualquier caso negué con la cabeza. Yo trabajaba pero, como ella, tenía mis métodos. Y estos no solían implicar alcohol ni dibujos de carpas de circo ni llamadas a papá y mamá. Pero supuse que si el MIB funcionaba era básicamente porque cada uno teníamos un estilo y todos ellos podían coordinarse. Aunque el alcohol seguía sin encajar en la ecuación.

- Yo trabajo también. - contesté. - Otra cosa es que tú te enteres. Mientras tus métodos sean eficaces, no tengo nada que alegar.

Evidentemente preguntaba por curiosidad profesional, así que no podía entender que a ella le pareciera que dudaba de sus métodos. Que lo hacía, sí, pero no explícitamente. O al menos no en esta ocasión. Casi me molestó que me recordara que me "descubrió" ella para el MIB. Se lo agradecía mucho internamente, pero no me gustaba que lo dijese porque... Al fin y al cabo, era como definirse por encima de mi. Y eso no me hacía gracia aunque no fuera competitivo.

- Solo han servido cerveza. Lo que no sé es cuantas. - miré la mesa, con ahora solo dos botellines vacíos y un par a la mitad; al parecer el camarero se había llevado los vacíos y traído otros nuevos. Eso explicaba por qué crecían como setas en otoño. Setas, que no hongos, pues el hongo existe bajo tierra todo el año. Pero aquello tampoco venía a cuento. - Quizás haya algún Insólita y no hemos sabido buscarlos. ¿Tu propia petaca? No puedo imaginar qué llevarás ahí...

Los ojos de la chica estaban decididamente achinados . No tenía muy claro por qué, pero empezaba a pensar que el alcohol tenía algo que ver.

**Nymeria E. Hawkins** Jue Jun 02, 2011 11:41 pm

Que también él trabaja, dice. Que tiene sus métodos, dice. Y lo peor es que puede que tenga razón. Desde luego, no nos parecíamos en nada y por tanto nuestros métodos de trabajo tampoco. Sentí una repentina curiosidad por saber cuál sería su método. Se me pasó por la cabeza la idea de cómo funcionarían nuestros métodos juntos y si resultarían efectivos. Definitivamente, mi cabeza está perdiendo el rumbo. Quizá sean los vahos de este sitio. Necesito un poco de aire fresco. Había demasiadas cervezas en la mesa. Resultaba preocupante cuántas podían ser mías. Sacudí la cabeza y aparté la mirada de Harrison.
-Retiro lo dicho. Ahora mismo no quiero saber nada de petacas ni de Insolitas. Por hoy es suficiente -guardé la libretita y mi lápiz en el bolso y dejé un par de billetes sobre la mesa.
Me di cuenta de que había bebido más de una cerveza cuando intenté ponerme de pie. Tropecé ligeramente con las patas del taburete, o con mi bolso, o con una pelusa del suelo. Dejémoslo en que no coordinaba mis movimientos como antes. Para no perder el equilibrio, me agarré al brazo de Harrison.
-¡Uy! Lo siento.
Oh. Dios. Porras Si tenía alguna duda sobre si estaba siendo yo misma o no, he aquí la prueba clave para confirmar que algo no va bien. ¿Pidiendo perdón a Harrison? Es más grave de los que pensaba. Le solté y me envaré. Le dirigí una mirada que traté que fuera altiva, pero no sé qué resultado tendría dado mi estado.

**Harrison C. Baratheon** Vie Jun 03, 2011 10:03 am

¿Por qué había tantos botellines en la mesa? Cada vez que me fijaba había más. Y empezaba a pensar que quizás eran demasiadas. Me mantenía como siempre, mi mente no funcionaba más despacio. Únicamente se había agudizado mi sentido del humor aunque no lo demostrase en público. Si bien es cierto que mi equilibrio no estaba tan agudo como era frecuente, tampoco me tambaleaba. Así que imaginé que una vez más mi resistencia ante las bebidas alcohólicas.

Por lo visto, Nymeria decidió que ya había bebido demasiado, o que había recibido suficiente información sobre los Insolitas, porque se puso en pie mientras comentaba que había tenido suficiente por hoy. Así que me limité a asentir y poner mi parte, algo más de lo que había dejado ella sobre la mesa. Mientras se levantaba, noté que se tambaleaba demasiado, pero siendo Nymeria nunca se sabía si era algún tipo de broma o similar. Sin embargo, cuando tropezó y se agarró a mi brazo no me quedó otra que levantarme y sujetarla por el codo. Parecía no estar en plenas facultades, teniendo en cuenta que incluso se disculpó. Sería cosa de los virus. Me soltó y se tensó, pero en lugar de mantenerse recta comenzó a caerse hacia un lado. Antes de que así fuera, la cogí de nuevo del codo esperando que se estabilizase.

- ¿Estás bien?

**Nymeria E. Hawkins** Vie Jun 03, 2011 10:26 am

¿Se puede saber porqué las luces del bar brillan más ahora? Es de noche, demonios, no de día. ¿Y por qué hay más ruido? Cuanto más se tarde se hace, la gente se va, y con ellos el ruido juraría que el bar está más lleno. Espero que no sea que estoy viendo doble y que de verdad haya llegado más gente.
Tras mi proyecto de mirada altiva a lo "estoy bien, aquí no ha pasado nada", me reorienté en dirección a la puerta. ¿Dónde estaba? Ah, allí... ¿Por qué me cogía del brazo? Le di unos golpecitos con la mano para que me soltara. Cuando fui a dar otro paso, me volvió a coger
-Estoy bien. Genial, de hecho. Gracias, puedo caminar yo solita
Me sacudí, de manera que por poco no se me cae el bolso. Me lo recoloqué y en el proceso me desequilibré de nuevo. Vaya nochecita que llevaba.
-Porras...
Me giré por última vez hacia Harrison. Tuve que levantar la cabeza, cómo no, que era muy alto Cuando hablé, vocalicé en exceso.
-Muy buenas noches. Yo me voy ya. Hasta la vista...
Al pasar por su lado, chocamos. ¿Pero por queeee? T_T Yo sabía por dónde tenía que ir, era mi cuerpo el que se negaba a funcionar correctamente. No percibía como yo el límite de las cosas.

**Harrison C. Baratheon** Vie Jun 03, 2011 10:55 am

La chica seguía decidida a marcharse del bar, pero se movía de una forma un tanto extraña y desequilibrada. Parecía reacia a que la sujetase, pero no conseguía estabilizarse sola. Y entonces lo dijo. "Porras", como uno de mis dibujos animados favoritos. Por un momento sentí deseos de sujetarla por los brazos y... y... ¿Sacudirla? No, no exactamente. El impulso se apagó tan rápido como había venido, sin que yo pudiera comprenderlo a tiempo. Así que pasé a centrarme en lo más próximo, el estado de Nymeria.

Pensé en primer lugar en llevármela al mar. Sabía que la brisa marina tendía a despejar la cabeza, aunque el contenido etílico de su sangre no pudiera dispersarse solo con aquello. Además, la arena de la playa amortiguaría cualquier posible caída. Pero siempre podía meterse en el agua y salir malparada, conociendo su estado mental. Por otra parte, tenía la piscina del MIB, que curaba técnicamente cualquier herida o problema de salud. Pero el alcohol no era una herida, más bien la desinfectaba. Desde luego, mi sentido del humor estaba en racha. En cualquier caso, la idea más evidente me pareció la más coherente. Decidí llevármela a casa y, cuando despertase tras dormir toda la noche, ya la mandaría de vuelta para la suya.

- Nos vamos.

Aprovechando que estaba apoyada contra mi, la giré hasta que quedó frente a mi y me agaché, colocando mi hombro sobre su abdomen y cargándomela cual saco de patatas. Y sin más, tras asegurarme de que estaba todo pagado, me la llevé del lugar.

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