Parque Sur

Se giró con la botella en la mano poniendo su mejor cara de intimidación. No le apetecía nada esa tarde indicar a ninguna abuela el camino a tal sitio o que alguien le preguntase la hora, pero por suerte era alguien a quien conocía ya bastante bien. - Espera, me pondré antes el traje de bombero. - La ampolla del dedo todavía le escocía, qué bruta, pero como él solía usar la violencia física para todo tampoco se lo tenía muy en cuenta. Sí se acordó de su familia cuando abriendo el tapón de la botella de agua se rozó el dedo afectado, pero no lo demostró y dio un trago bastante largo antes de mirar de nuevo a Anäis. - Vamos ahí. - Señaló un sitio en la hierba hacia donde se dirigió a sentarse, que al del puesto de comida no le interesaba su vida privada.

Caminaron los dos hasta el césped, mientras tanto ella se encargaba de encontrar las palabras adecuadas, pero de todas maneras el trayecto era corto y no le dio tiempo a pensarlas, puesto que habían llegado y Morten ya la estaba mirando.

-Verás es que... yo... -le estaba costando ¿vale? que ella no iba pidiendo perdón por sus actos, que ella primero actuaba, luego pensaba, y por último pensaba en lo que había hecho, y se torturaba pensando que ya no tenía solución y nunca, nunca pedía perdón, pero ahora era distinto, al menos distinto en el sentido de que había recapacitado y se había dado cuenta de que se había pasado cuatro pueblos como poco... -siento mucho lo del otro día, es que... no sé que me pasó... no quería estar en el hospital, me enfadé y lo pagué contigo sin razón... lo siento- An miraba hacia abajo no era capaz de mirarle a los ojos mientras decía aquello, le cayeron un par de lágrimas, pero calentó lo suficiente sus mejillas como para que se evaporaran antes de que el chico se diese cuenta

No se esperaba que le pidiera perdón, pero mucho menos que se pusiera así. Como le irritaba que los demás no le miraran a la cara mientras le hablaban le puso un dedo bajo la barbilla para forzarla delicadamente a alzar el rostro, y cuál fue su sorpresa al ver que tenía los ojos húmedos. - Mierda, no llores. - Tenía verdadero pánico a las reacciones emocionales femeninas, ya ves, él que podía cargarse a otro tío grande con un armario sin pestañear siquiera. - Es que nunca sé qué hacer en estos casos. - Dejó la botella de agua a un lado y una media hora más tarde reaccionó lo bastante como para abrazarla y darle unas palmadas más que torpes en la espalda. Estas cosas solo le pasaban a él.

Finalmente se vio obligada, pero suavemente a mirar al chico a la cara, bueno, podría haber sido peor, el chico podría haberse puesto a despotricar y a decirle cosas del tipo "no quiero saber nada de ti" o... "lo hubieses pensado mejor antes de hacerlo" pero bueno, le gustaba aquella reacción, sí, le gustaba bastante más que las que ella había supuesto.

Y para cuando se quiso dar cuenta el chico la abrazó, ella se quedó en estado de shock, pero finalmente, ella también le abrazó a él, apoyando la mejilla en el hombro del chico.

-Gracias Morten- fue lo único que consiguió decir mientras se abrazaba al chico

¿Cuánto tiempo había que abrazar a una tía que lloraba? ¿Dos minutos, media hora, cinco segundos? Él simplemente fue dejando los brazos poco a poco flojos suponiendo que Anäis se separaría cuando quisiera, vaya papel. - No importa. - Le respondió todavía flipando en colores. Vamos, no era muy normal que una chavala que estaba en una organización criminal como el MIB fuera por ahí llorando por hacerle una ampolla a un tío que encima le había tocado las narices. Y literalmente Se imaginó por ejemplo a Noor en su situación y la veía más bien riéndose en su cara y dándole descargas de dolor hasta que se retorciera por el suelo.

An se fue separando poco a poco de él, es que hoy se había levantado de buen humor, pero bueno, eso siempre, podría cambiar, no es nada extraño, cosas de su carácter que era algo rarito, peor ella nunca lo aceptaría.

-Por cierto, escuché lo que dijiste lo de que te beso cada dos por tres y... si te molesta pues lo dices y punto, aunque no es que tú opongas resistencia- que no que ella no tenía la cuñpa de que de tanto en tanto le dieran arrepíos como aquellos, son... cosas del carácter

Sonrió mordaz cuando la conversación volvió a su campo, nada de lágrimas de cocodrilo. - Yo no dije que me molestara. - Replicó separándose al fin y poniéndose más comodo sobre la hierba estirando las piernas y apoyando la espalda en el tronco de un árbol, con la bolsa medio apartada a un lado. - Y claro que no opongo resistencia, sería de imbéciles si te dije que me gustabas. - Eso lo recordaba bien porque le había quedado muy de guión cinematográfico, no sabía cómo demonios Anäis no le había dicho que era un mentiroso. ¿Se lo estaría creyendo todo de veras? En el fondo le resultaba raro porque hasta su madre era consciente cuando Morten era pequeño de que su hijo no le tenía el más mínimo afecto aunque él lo disimulaba para librarse de los azotes con zapatilla.

Enarcó una ceja, si ya claro y ahora ella se chupa el dedo, que se había creído el rollo de que no sabía que hacer en estos casos y tal pascual, pero de ahí a creerse que le gusta, venga ya.

-Ya claro Morten, pues a mi me parece que... te puedo creer a ratos, depende del día, del lugar y del momento y ni siquiera estoy segura de poder creerte las cosas que he creído, y lo de que te gusto... no está entre ellas- lo mejor de todo es que ella parecía una niña fácilmente manipulable, la lástima es que no fuese del todo así, por ahora, sólo había conseguido hacer con ella lo que quisiese Garrett y mucho fue aquello

Abrió un poco más de lo normal los ojos, mirándola sin esperarse que fuera a salir por ahí. - ¿Por qué te iba a mentir? - Ahora que se lo dijera y se quedaría a cuadros, vamos, él que pensaba que era un genio actuando. Quizá es que tenía demasiada cara de mala hostia incluso cuando no quería. - Que sea un poco bruto no quiere decir que no pueda sentir cosas. - Se hizo el ofendido para ver si así Anäis se arrepentía otra vez, que cuando le pedía perdón estaba muy mona y vulnerable para que él la consolara y le dijera cosas bonitas fácilmente creíbles. Le vino a la mente la irritante voz de De Bajna diciendo "así que se te resiste".

-Pues básicamente por que sé lo de Gillian, es lo que tiene tener a una amiga en la élite- básicamente se lo había avisado Noor que cuando quería bien que la protegía, y le contaba las cosas, así que esta vez no había sido una excepción, además de que había calado al chico desde el principio, ella podía parecer algo ilusa, débil y tal, pero en el fondo era demasiado observadora y suspicaz, por algo estaba en el MIB, de la otra manera, no habría dudado ni dos minutos en él

-Yo no digo que no sientas, eres humano, sólo te digo que no sientes lo que dices sentir, es decir, que no estás pillado por mi, ni te gusto, simplemente, por ahora, quizás es cuestión de darle tiempo al tiempo- le dijo con una sonrisa acariciándole la mejilla, sólo esperaba que no se sintiese demasiado mal

En ese momento odió todavía un poco más a Noor. Además, ¿qué decía de Gillian? Seguro que se lo había pintado como que estaban enamorados, por favor, si hacía días que ni la veía y realmente tampoco se había acordado mucho de ella. - ¿Qué te ha contado? - Preguntó fríamente. - ¿Qué me besó una vez? Porque eso no quiere decir nada. - Estaba sacando las cosas de madre. Podía acusarle de no quererla, vale, pero de tener algo con Gill... Ya era bastante mala persona como para que encima se inventaran sobre él rumores falsos. - Vamos a ver. - Le cogió la mano sin hacerle daño pero con firmeza para que dejara de acariciarle. No era normal que le acusara de mentir y al mismo tiempo le toqueteara toda cariñosa. - ¿Qué entiendes tú por gustar? Porque si no me gustaras no te besaría ni me quedaría toda la noche en la enfermería contigo. - Eso le parecía bastante lógico, pero como las palabras no eran su fuerte y lo sabía perfectamente se inclinó hacia ella para juntar sus labios otra vez. Empezaba a ser costumbre ya.

Miró al chico, pero antes de que consiguiese hablar el chico la besó, pero ella se separó, fue algo involuntario, pero tenía que contestarle aquello al chico. -Para empezar, el otro día, en los túneles, os fuisteis, los dos, vamos a ver que a mi no me importa, me da lo mismo, sinceramente, pero prefiero que me digas la verdad antes de que me mientas- le dijo en tono serio, pero a la vez cariñoso, sí es que ella tenía un tono muy extraño para hablar.

-No sé ahora mismo que es lo que entiendo o dejo de entender, lo único que sé es que tú tienes/tuviste algo con Gill, pero por alguna extraña razón ahora te he empezado a importar, tanto como apra que no te importe que te queme, tanto como para pasarte una noche entera en el hospital y no sé por qué extraño motivo, pero tú has empezado a importarme, tanto como para salvarte de una pedrada de Faye o tanto como para tragarme mi orgullo y venir hasta aquí sólo para pedirte perdón- quizás eso último no lo tenia que haber dicho, pero ahora mismo nada ya no tenía remedio, lo había dicho así que ahora se aguataba y apechugaba con las consecuencias.

Él no daba explicaciones a nadie, no lo había hecho ni cuando era un crío, pero se recordó a sí mismo que su plan seguía en pie aunque Zeta hubiera palmado y que Anäis era una aliada poderosa a tener en cuenta. No Gill, con su empleo en la tienda de Muebles de Baño, sino An con su capacidad de hacer arder cualquier cosa. ¿Qué era el amor? Pues al principio pasión y luego tedio. Morten podía ofrecerle a la chica algo mucho mejor, que era una relación en la que se sentiría querida y jamás se enteraría de si su novio hacía a sus espaldas cosas indecentes. Viviría en realidad mucho mejor que otras mujeres, no podía tener queja. - No pasó nada. - Le aseguró porque era cierto. - Nos besamos una noche que me aburría, An, y cuando salimos del túnel no hicimos más que cenar y dormir. - Se acercó otra vez a la chica aunque ella se había separado antes, intentando cogerla de la cintura. - Estamos diciendo lo mismo. Yo digo que me gustas, tú dices que me importas, ¿qué diferencia hay?

No la veía muy convencida, así que tendría que ser muy cuidadoso de ahora en adelante. Redoblaría sus intentos de conquista y sería tan empalagoso que la leche condensada a su lado pararía ácida. - An, no estés triste. - Le pidió llevándosela con él para apoyarse de nuevo contra el tronco del árbol. No la besó porque ella podía pensar que era un poco pulpo y sabía que la conversación era también importante. - ¿Ya estás bien, verdad? Porque te han dado el alta. - Eso o se había escapado de la enfermería, vamos.

Sonrió al chico mientras se colocaba junto a él, y río todavía más cuando dijo aquello de darle el alta, sí, ya, espérate a ver sino la pillaban por los pasillos del MIB y la metían otra vez en la sala aquella, pero ella se encontraba perfectamente si exceptuamos los arañazos del brazo y el arañazo de la mejilla, por todo lo demás.. estaba perfectamente.

-Eh... bueno el alta el alta... no es que me hayan dado, pero vamos ¿estoy aquí no?- le dijo con una pequeña sonrisa y le dio un pequeño beso en la mejilla

O sea que se había escapado. - ¿Y si estás mal? - La regañó. - Si te tenían ahí dentro era por algo. - Cuánta inconsciencia. ¿Y si tenía algún daño interno y se moría, eh? Le tocaría a él llorar como a Faye en el túnel, un espectáculo lamentable. Cuando le besó en la mejilla gruñó un poco como queriendo decir que así no iba a solucionar el haberse portado mal. - Ya sabes que yo trabajo en seguridad. Igual me mandan a buscarte y llevarte de vuelta a la camilla. - Ahora ya bromeaba, por supuesto, esa misión era demasiado estúpida incluso para los guardas de prácticas.

-Te aseguro que un minuto ahí dentro y lo quemaba todo , además estoy perfectamente, simplemente tengo un par de arañazos- y la herida del puñal de Faye, pero bah, que estaba medio cerrada, que Venus, había puesto de su parte y prácticamente la había cerrado por completo así que se podría decir que salvo aquellos pequeños detalles estaba como una rosa.

-Pues en ese caso... tendré que oponer resistencia- dijo con una sonrisa, poco propia de ella, no por nada, sino por que acto seguido alzó el cuello y le besó, por supuesto que no iba a conseguir llevarla y encerrarla de nuevo en aquel lugar, aquel espantoso lugar

Seguro que sí, al menos le había quemado a él el dedo. No se lo recordó para que no se pusiera a llorar otra vez, pero cuando iba a contestarle a lo de oponer resistencia se encontró con la boca ocupada. Pues vaya resistencia más convencida, oye, si hacía eso con todos los guardias que intentaban arrestarla tendría que empezar a ponerse en plan celoso. La abrazó por la cintura y movió las piernas para pasarle una a cada lado del cuerpo. Si había niños en el parque que no mirasen, que los Lunnis ya habían salido y era hora de largarse a dormir a casa.

La apretó un poco contra su cuerpo porque tenía las manos en la zona baja de su espalda, ideales para estrechar el abrazo. Que sintiera más o menos cosas o que fuera más o menos malo no quería decir que le disgustara el contacto físico, no era en absoluto alérgico a los besos o a otras cosas más allá. De hecho le gustaban, y ahora recordaba que a pesar de todas sus bravuconadas llevaba un tiempo importante durmiendo solo todas las noches. Había estado centrado en otras cosas como el MIB, la lucha, borrando datos de aquí y allá para que su familia no le encontrara y finalmente planeando su ascenso al poder, pero ahora le parecía imperdonable todo el tiempo a dos velas que había pasado. Le mordió a Anäis el labio cuando la chica subió de intensidad.

Cuando se separó la miró con intensidad un momento y solo necesitó dos segundos para decidir su siguiente movimiento. - Ven a mi casa. - Le pidió con la voz ronca.

FdR. a cenar