Parque Sur

No esperaba que la niñata aquella le fuera a atacar, así que se despistó un segundo y le dio tiempo a acercar mucho el pie a su zona sensible. Afortunadamente reaccionó lo suficiente para girar sobre sí mismo y hacerle un barrido con la pierna contraria buscando tirarla al suelo, imaginando que se las estaba viendo con un adversario más y no con una chica menuda y enclenque. Si había sido capaz de tumbar a tíos que pesaban el doble que él - bueno, igual el doble no, pero sí muchos quilos - no creía que fuera a tener problemas con la rubia. - Solo te lo voy a decir una vez. - Le advirtió preparándose para repeler otro ataque. - No te metas conmigo. - Y que conste que si se lo estaba avisando era por su bien, ya que si ella insistía Morten trataría de llevársela al suelo y allí podría como poco engancharla del cuello. No era un final demasiado alegre para aquella chavala que había salido a correr sin sospechar nada malo.

No dejaba de hablar y además anunciaba a grito pelado cada movimiento que iba a hacer a continuación. ¿Es que estaba tonta? Como no parecía definitivamente una adversaria a tener en cuenta y Morten no debía meterse en líos gordos se limitó a esquivar sus golpes sin devolvérselos, aunque ganas no le faltaban. Puso los ojos en blanco cuando ella empezó a arrastrarse como las lombrices y miró en dirección al abuelo al que estaba llamando a base de chillidos. El señor parecía estar medio sordo pero no tardaría mucho en acercarse a ellos lo bastante como para oírlos, así que tenía dos opciones: la primera y más sensata era salir corriendo y si te he visto no me acuerdo, pero huir no iba con él porque era demasiado machoman. La segunda, por la que se decantó, fue ponerse a la espalda de la rubia para intentar inmovilizarla y taparle la boca con una mano mientras la arrastraba detrás de unos matorrales. Si conseguía que creyera que iba a hacerle algo muy malo igual se estaba calladita. - Eres muy cargante, ¿sabes? - Masculló esperando que no se retorciera. - Pero si te portas bien te soltaré y me iré. Créeme, no quieres saber lo que pasará si te portas mal.

- A mí tampoco. - Oía la canción perfectamente aunque la rubia llevara puestos los cascos, pero no se dio cuenta de que quizá ella se extrañaba de tal hecho. Su fuerte era claramente el físico, no es que fuera demasiado lumbreras. - ¿Aprovecharme? - Eso le hizo gracia, así que se rió aunque le salió un sonido ligeramente amargo y maligno, como de gremlin. Se levantó cuando vio que el abuelo se largaba y se alejó de la chica para que no le lanzara patadas voladoras de las suyas. - Si no fuera necesario no te tocaría ni con un palo. - Aseguró. Luego le dedicó una mirada encantadora de esas que ponía él y echó a correr de nuevo desapareciendo por el otro lado del parque.


FdR. Me tengo que ir .___.

Al final Zeta le había mandado una misión de última hora antes de irse de vacaciones: capturar a una humana. ¿Por qué? ¿¡Por qué!? Con ella no podría utilizar sus poderes libremente, además de que en la foto la chica parecía bastante adorable, la típica a la que no podrías hacerle daño fácilmente. Pero claro, ¿cómo va a decir que no a la jefa? Nada, al final le ha tocado ir a buscar a la niña, pero se ha entretenido en el tobogán del parque.
-¡Agárrate! - Le dice a la ardilla antes de bajarse por el tobogán con los brazos hacia arriba.- ¡Yuuuhú! Anda, hola.- Saluda a la chica que está en el columpio. Anda, ¿no es esa Erin? Mira, ha hecho bien yendo al parque.

Al final no iba a ser tan difícil secuestrar a la chica y ni si quiera iba a tener que utilizar sus poderes. La chica parecía que, tal y como le habían dicho, se fiaba demasiado de los demás y en este caso no ha hecho bien. Ya aprenderá, ya, por las buenas o por las malas. Se levanta del tobogán con una sonrisa y asiente con la cabeza. ¡Se ha fijado en su ardilla! Normalmente la gente le miraba con cara rara al verla sobre su hombro. Estira el brazo hacia la chica y la ardilla corretea por él para acercarse a ella.
-Se llama Alvin y yo Scott .- Se presenta ya de paso. A ver si cogía algo de confianza con la chica.- ¿Y tú? ¿Te gustan los animales?

La Ardilla no se molesta ni mucho menos, sino que decide olvidar que Erin es la hermana de JJ y salta desde el brazo de Scott al hombro de la chica para poder colocarse ahora allí. Había muy pocas personas que le caían bien a Alvin y que la hermana del traidor fuese una de ellas era bastante impresionante. No, si en el fondo es un faldero que está buscando unos cuantos mimos. Scott, mientras tanto, no ha podido evitar alzas las cejas sorprendido por lo efusiva que era la chica. Vaya, ¿hacía cuanto no le daban un beso en la mejilla? Lo que daría él por un beso en la mejilla de Zeta.
-Parece que le has gustado.- Comenta ladeando la cabeza mientras mira a la ardilla, volviendo después la vista hacia la chica. ¿Era sensación suya o hablaba demasiado? Parpadea algo confuso, intentando asimilar la información. Qué rápido hablaba.- Eh, no todos somos así. ¡Yo soy muy divertido! - Aunque hay personas que no piensan precisamente eso.

La ardilla la mira con sus ojos chiquititos, acercando sus patitas delanteras al pelo de la chica para tirar un poco de sus mechones. Pero cuando la chica acerca la mano, la ardilla que no está acostumbrada a que la toqueteen tanto y piensa que a lo mejor a la chica le ha molestado el tirón, se hace un bola sobre el hombro de Erin.
-A veces es un poco asustadiza. Es que a mis... hermanos no les gusta mucho las ardillas.- Comenta esbozando una sonrisa. Uff, menos mal que ha sido rápido porque casi menciona a sus compañeros... Aunque espera que ahora no le pregunte por su familia que tendría que inventársela entera y él tiene algunos límites. Al presentarse ensancha más su sonrisa. Bien, era la hermana de JJ sin duda. Ay, esto iba a ser bellota comida.
-Me parece bien... ¡Si ganas te llevo a la fábrica de chuches en la que trabajo! ¿Te parece? - Aunque claro está no era una fábrica de chuches, pero eso no tenía por qué saberlo ella. Le tiende la mano para cerrar el trato.

Al escuchar a la chica la ardilla acaba sacando la cabeza de la bola y mirándola. ¿No le iba a hacer daño? ¡Eso era un milagro! Ya podrían ser los del MIB como ella, que todo el mundo le miraba mal, sobretodo Zeta, que quería encerrarle en una jaula. Mala malosa.
-Pues los animales en general, pero yo quiero a mi ardilla.- Y le da igual que se lo pida Zeta, no se piensa librar de ella. Se queda algo extrañado cuando confiesa que no tiene hermanos y él pensaba que iba a confesar que era la hermana de JJ a pesar de que ya lo sabía... A lo mejor alguno de los Insolitas o el mismo JJ le había llamado la atención y le había dicho que no podía ir anunciándolo por ahí. Bueno, ya da igual, el MIB ya lo sabe.
-Pues eso, lo que he dicho Que si ganas te llevo .- Repite extrañado cuando la chica dice eso y sobretodo cuando aparta la mano. Qué chica más rara, igualita que su hermano.- Me da igual, unas bellotas para Alvin si quieres .- Y la ardilla deja de ser un bicho bola cuando escucha eso. ¡Bellotas!

-¿E-envenenar? - Nunca se había parado a pensar si alguien del MIB sería capaz de ello. Bueno, menuda tontería, claro que serían capaces de hacer eso porque comparado con lo que solían hacer eso sería una pequeñez, un juego de crios. A partir de ahora tendría más cuidado con la comida y el agua de Alvin... Está por pensar que a lo mejor sería buena idea dejarla en casa y ya está.- Pues eso está muy mal, el pobre animal no tiene la culpa. Pero, bueno, siento tu perdida.- Era lo mínimo que podía decir ya que la chica parecía que aún le daba pena la perdida de su mascota, lo cual es totalmente normal. Espera no perder nunca a su ardilla. Se queda un momento mirando a la ardilla que parece disfrutar de las caricias de la chica, escuchado a Erin de fondo. Oh, que había escuchado mal. Eso tiene más lógica.- Tranquila, le puede pasar a cualquiera.- Le asegura con una media sonrisa. No le importaba que su premio no fuese tan bueno como el de ella, ¿de qué le iba a servir? Además, tenía pensando llevarla de todas formas al centro de cualquier manera. La sigue hasta el tobogán y asiente con la cabeza.- Una... Dos...

Le da unas palmaditas en la espalda para tranquilizarla. Espera que no se ponga a llorar por el animalillo ahora, que no tiene clinex ni nada por el estilo. Además, él no es muy conocido por su sensibilidad y esas cosas, así que mejor que no se ponga a llorar o seguro que la chica pierde toda la confianza en él.
Al ver que se pone como de rodillas mientras decía la cuenta atrás la imita. Tenía que convencerla de que todos los mayores no eramos tan aburridos y esas cosas, por eso cuando ella dijo el tres salió corriendo, pero con cuidado para no adelantarla, con la mala suerte de que casi la pisa cuando ella se tropieza y cae.
-¿Te has hecho daño? - Pregunta, tendiéndole la mano para que se levante y mirar a ver si se había hecho daño.- No te preocupes, iremos a la fábrica para que te den una tirita o algo, ¿Vale? ¡Y así te darán una graan piruleta al final

¿Y la chica no le cogía la mano? Vaya, qué orgullosa para ser tan pequeña. Pues nada. Se guarda las manos en los bolsillos mientras Alvin se coloca de nuevo en su hombro de un salto y él observa las rodillas de Erin cuando se levanta.
-Bah, solo es un rasguño. Limpieza, tirita y listo, ni si quiera te saldrá una costra.- O eso supone él, tampoco es que sea un buen enfermero ni nada de eso, él es mas de hacer las heridas más que de curarlas.- Pero allí tenemos una enfermería. Además, me has caido bien. ¿O es que no quieres ver la fábrica? - Pregunta algo sorprendido. Él no es tan pequeño como la chica, pero hasta a él le encantaría ir a una fábrica de duches. Más bien, la próxima vez que Zeta le ofrezca algo le va a pedir ir a una, que le ha entrado mono.
Al final saca la mano para coger de la mano a la rubita y esboza una sonrisa cuando le da un beso en la mejilla. La verdad es que era demasiado mona y adorable como para ser hermana de JJ. Qué pena que tenga a esa cosas como hermano, se hubieran llevado bien.
-Pues nada de piruletas. Da igual, puedes pedir lo que quieras: caramelos, chocolate, gominolas, lacasitos... - Va nombrando distintos tipos de chuches mientras la acompaña hasta el tobogán para bajar por él e irse hacia la famosa falsa fábrica de chuches.

Se había apuntado a un gimnasio de la ciudad para volver a entrenarse con ánimo de competir otra vez. No quería decir nada en el MIB por si acaso le prohibían que reanudara sus actividades cotidianas, igual en su contrato ponía algo de exclusividad, pero ojos que no ven corazón que no siente. Morten salía de su primera sesión oficial allí dentro con el pelo mojado de la ducha y un chándal de lo más cutre, sumado por supuesto a la bolsa que colgaba de su hombro y que pesaba como un muerto porque la toalla de dentro iba empapada.
Se paró un momento en un puesto del Parque Sur a comprarse una botella de agua, de espaldas al césped.

An iba de camino a su casa, básicamente se había escapado del MIB, no le apetecía nada seguir en un hospital, odiaba estar parada sin hacer nada durante tanto tiempo, estaba cansada de encerrarse por allí, así que decidió que era hora de encaminarse hacia su casa.

Pasó por el parque sur, básicamente por que su casa estaba prácticamente en frente, pero aquél día era diferente, puesto que ella siempre miraba a ver si había cualquier niño o alguien a quien conociese, aquél día había alguien, alguien al que había buscado desde hacía bastante tiempo y que por fin tenía frente a él, alguien con quien se había protado mal, Morten.

Tragó saliva, se tragó su ego y cagada de miedo, se acercó hasta a él, intentando no asustarle, a ver, no es que ella fuese fea, es sólo que se podia pensar que era un insólita que le atacaba o vete tú a saber qué.

-Perdona... pero... ¿puedo hablar contigo un momento?- puede que An se estuviese empezando a pillar por aquél chico del chándal cutre pero eso es algo que nunca reconocería ante nadie ni mucho menos ante él